lunes, 13 de febrero de 2012

Y maduren bailando hasta que se fracturen. Hasta que se rompan todos los huesos del cuerpo.
Lengua con lengua, sin que te censuren los literatos defensores del idioma, anticuados que no bailan, que no viven, quietos como momias...empezar a bailar, y al mismo tiempo empezar a andar haciéndome consciente de mis pasos...que ya son varios años andando a trompicones.
La música no para...hay que caminar desde el más leve si bemol al más fuerte fa sostenido.


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