lunes, 28 de marzo de 2011

EL TIC-TAC DICTA

Como cuando en el ambiente que te rodea hay la misma cantidad de humo que en las células de tu cuerpo. La ósmosis se va a la mierda. La nube gris me atrapa, y no me deja respirar, pero me gusta. Me hace toser, me ahoga. Como la importancia que le doy a mi salud y a mí misma: insignificante. Pero la cosa cambia si se trata de ti.. o de mí contigo. Cada tic-tac me encierra en el miedo de que es uno menos junto a ti. Pero su dictamen me recuerda que me quedan muchos más, que no desaprovecharé ninguno de ellos.
Como la mosca que revolotea en tu cabeza y te vuelve loco. Como las cosas malas que le ocurren a las personas buenas. La vida es simple casualidad, y en medio de la coincidencia existe la injusticia. Pero a veces el azar nos lleva a cosas buenas, o a cosas malas, que se pueden hacer más amenas con alguien. Quien hace que mi vida resulte menos insignificante es exactamente quien desentierra mi felicidad de lo más profundo de la oscuridad de la cripta de mi mente. Dime quién soy yo en proporción al universo..
La vida es complicada, rara, diferente..yo solo trato de hacerla un poco más difícil..

martes, 15 de marzo de 2011

Como el pájaro de fuego atrapado bajo la coraza de mi pecho..

Como el pájaro de fuego atrapado bajo la coraza de mi pecho. Como los cabellos que se quedan en la almohada al levantarse. Como los cuerpos que ya dialogan, pero se hacían de rogar. Como el gran árbol que se levanta altos metros de altura pero cae implacable ante unos dientes metálicos que corren veloces. Como los ojos que se cierran al besar y sólo se abren pasados unos segundos tras finalizar ese recreo. Como el pájaro enorme que destruye grandes edificios y vidas al completo. Como la tortuga que tiene prisa. Como la sulfatada batería que espera solitaria en el cajón. Como los labios que susurran al oído desconocido “Te quiero”. Como los torsos que se mueven al compás de la tos. Como la chica que observa expectante desde una esquina. Como el francotirador que apunta desde un quinto piso a la cabeza del presidente de los Estados Unidos. Como los pensamientos que se lleva el agua del váter tras tirar de la cadena. Como la persona que te mira y observa cada movimiento tuyo como si del último se tratase.  Como la repetición de la línea discontinua de la carretera, que nunca se separa de su borde. Como el perro de verano frente al logo de “repsol”. Como la televisión encendida que no ve nadie pero mira todo el mundo en esta casa llena espectros. Como el dedo que acaricia los labios de la persona que quiere. Como el sol frustrado ante la presencia del suelo de nubes que existe bajo él y lo dejan incapacitado, inútil y eunuco. Como la respiración desacompasada de los enamorados. Como el león acorralado en un rincón por un pequeño ratón. Como las juntas de las losas. Como las promesas incumplidas. Como la esperanza perdida. Como los programas matinales. Como las 4 de la mañana. Como las narices que chocan. Como un testigo de Jehová. Como las lágrimas derramadas sobre el colchón. Como los deseos de cumpleaños. Como las canciones de verano. Como las felicitaciones de año nuevo. Como la lamparita de noche que alumbra unos sueños de futuro. Como el gotelé de las paredes. Como el chasquido de unos dedos. Como el paso de los años. Como las miradas robadas y las sonrisas radiantes espectantes a aparecer tras besos aún no dados… como este montón de palabras desparramadas sobre un papel.
Inútil y absurda.
Así es como se sentía la pequeña niña ante la incertidumbre, caos e indecisión que ponía a sus pies ese frágil, vítreo y enfermizo mundo, que nunca ocultaba su cara más fría, pedernal y tenaz.