Hoy hablo de creencias. De mitos y leyendas. De miedos.
Se vive muy feliz en la ignorancia pero, ¿daría todo lo que sé por todo lo que desconozco? Rotundamente, NO. No sé gran cosa, soy algo torpe y dependiente, pero saberlo todo, lo que es verdad y lo que no, lo bueno y lo malo, todo, sería una carga demasiado pesada para vivir dentro de la racionalidad.
Tengo 19 años y aún me tapo hasta las orejas pensando que bajo las sábanas encuentro la seguridad que busco. Le tengo miedo a todo, incluso al mínimo ruido. Gran imaginación la mía. Con esa edad, aún me queda mucho por madurar.
Creo en Dios, pero no en la Iglesia...no creo en las personas. Un pensamiento pesimista no acorde conmigo que trato siempre de justificarlo todo, de ver lo bueno de cada uno y lo mejor que puede ocurrir en el día. Para variar: contradicciones. Preguntas y preguntas de alguien que lo quiere saber todo, pero a todos nos da miedo la verdad. No hay nada cierto, todo cambia, así...cómo saber lo que es verdad y lo que no. En este nuevo mundo todo se transforma muy deprisa, evoluciona, antes de que te des cuenta el tiempo ha pasado y tienes 70 años, eres un estorbo para las personas por las que te has matado por sacar adelante y solo esperas ése día en el que todo acabe. En una sociedad así, ¿se avanza o se retrocede? Pros y contras. De eso hablaremos otro día. Hoy me centro en todo y no me centro en nada, como en todas mis entradas, como en todo.
En conclusión, la lógica está sobrevalorada. A veces no vemos lo que tenemos delante de nuestras narices porque nuestras cuadriculadas mentes de pensamiento científico y racional nos obstruyen. No todo ocurre por una sola razón..o, ¿de verdad creían eso?
¡Y ME MOLESTA, PUES CÓMO NO ME VA A MOLESTAR!
